De
acuerdo al libro "Sabores de mi tierra", de Jenny Estrada, lo que hoy
conocemos como encebollado se llamaba enyucado (y en algunos sitios cobra más
sentido este nombre, se quejan los degustadores). Y empezó siendo una ensalada.
Mucho
antes de que este plato apareciera en las esquinas de Guayaquil, en las casas
se mezclaba pescado, cebolla, limón, hierbita, sal, pimienta y ají; y se añadía
aceite y un huevo duro, para decorar.
Los
guayaquileños se identifican con este plato que dicen ellos es levanta muertos,
para muchos es una explosión de olor, sabor y recuerdos, que no se cansan
d comerlo jamás, es imperdonable que un guayaco no deleite este plato al menos
una vez a la semana.
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